Patrimonio

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Arquitectura Tradicional

Arquitectura Tradicional de Jaraicejo.

Pueblos del Parque Nacional de Monfragüe. Extremadura

Jaraicejo busca asiento en un pequeño camorro situado estratégicamente en el escalón por encima del río Almonte y bajo la raña que nos llevará hasta las alturas del Puerto de Miravete.

Está concebido como un oasis en un mar de naturaleza, punto de parada, avituallamiento y descanso en los caminantes y rebaños que cruzan estos pasos siguiendo las mas importantes vías que transitan hacia en suroeste  peninsular.

Resulta sencillo imaginar que a lo largo de los tiempos, el emplazamiento haya servido de refugio de pueblos más o menos importantes, cuyo conocimiento, no han llegado hasta nuestros días. Lo cierto es que va a ser con el final de la reconquista cuando empecemos a tener noticias de los avatares que han transcurrido en la población.

De 1284 podemos datar la carta-fundación de Jaraicejo, en una donación que el Rey Sancho hace a un ballestero suyo, entonces ocupaba la mitad de lo que hoy es el término municipal. Poco antes empezamos a tener noticias de otros poblados como Ferruz o Herruz, Valero... que van a estar vivos hasta casi el final de la Edad Media. En los documentos se hablan de los peligros de los pasos: por su mal estado, por las alimañas (recordar  que entonces había hasta osos en estas montañas)  y sobre todo por la presencia de bandidos como Los Golfines, que tenían aterrorizado a todos cuantos ponían sus pies en el monte.

Es por lo que las primeras construcciones son eminentemente defensivas: el castillo y sus torres, también la primitiva iglesia y las primeras casas.

Todo esto está ya en marcha a finales del siglo XIII cuando Jaraicejo pasa definitivamente al Obispado de Plasencia.

Esta situación de estado casi de guerra hace que los reyes confirmen importantes exenciones de impuestos a los vecinos del pueblo y el aumento de la población es considerable. Tanto que hasta interpelan al rey en numerosas ocasiones reclamando derechos o increpando a obispos.

Del castillo quedan dos torres, la calle llamada así y algunos lienzos de muralla empotrados en el puzzle que es la iglesia. Estas referencias nos marcan un perímetro que coincide con la parte más alta de la población. El barrio mas antiguo es el de la Rivera y algunas calles que rodean la iglesia-castillo. Son estrechas y generalmente retorcidas, nos quedan portadas viejas que nos retrotraen a momentos anteriores al siglo XVI.

Las calles se desarrollan a lo largo de los caminos importantes que llegan: el de Talavera o Madrid y el de Trujillo, que se va a desdoblar hasta en tres calles que se van creando a medida que el camino principal del momento va variando: Calle Camino Viejo, Calle Trujillo y Avda. Juan Carlos I (Nacional V)

Con la llegada del Obispo Gutierrez de Carvajal el impulso va a ser definitivo para el crecimiento, pero sobre todo, la mejora del urbanismo local. Diseñó el pueblo de sus sueños, el lugar ideal para servir a Dios y los Hombres y no escatimó recursos.

 Acabó la construcción del puente del Almonte para que las comunicaciones estuvieran permanentemente abiertas. La iglesia fue su obra cumbre por la grandiosidad y belleza del conjunto, apto para tener las celebraciones religiosas más importantes. El Ayuntamiento como Pósito Municipal, el Convento, el Palacio Obispal, muchas casas grandes y pequeñas...  La gran plaza también es obra suya, pudo ser el antiguo patio de armas del castillo y lo convirtió en el centro de la vida social con edificación de grandes casas. El Rollo-Picota, trasladado hace poco a la plaza, representa el gran eñorío de este obispo. 

Fomentó el asentamiento de importantes familias que contribuyeron a crear una población importante en la órbita de Plasencia, en las mismas puertas de Trujillo y en el paso casi obligatorio entre Madrid y Extremadura, Portugal y Andalucía.

Así, en la Calle Talavera se instalaron la mayor parte de los nobles y todavía quedan escudos y portadas de un esplendor que quedó atrás.

En Jaraicejo las casas no son grandes, aunque tampoco pequeñas. No son muchas las que elevan el segundo piso con intenciones de habitarlo.

La pizarra es el elemento constructivo utilizado, sólo las viviendas más notables utiliza granito para las equinas y las puertas y ventanas. La mayor parte dispone de un patio que suele servir de huerto.

 El siglo XVIII y XIX tiene poca incidencia en la población, quizás sea un retroceso general con la invasión francesa que dejó un gran rastro de destrucción. Sólo algunas casas grandes que se remozan y otras que se van situando a lo largo de la calle Trujillo y paralelas. Nos queda el Barrio del Calvario, como apartado, al otro lado de la Nacional V.

Más recientemente numerosas viviendas se han construido en las partes mas llanas: el Ejido con lo que muchos, sobre todo los mas jóvenes se ha instalado en esta parte.

En este lugar también ha han ido construyendo las instalaciones deportivas y de ocio como pistas deportivas,  la piscina, el parque.. Todo el perímetro está plagado de  algunas naves agrícolas y ganaderas, casi todas pequeñas, excepto en el Ejido, donde hay algunas de considerable tamaño.

 

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